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jueves, 8 de noviembre de 2012

Cuiqui

"De lo que tengo miedo es de tu miedo." William Shakespeare

   Cuando se tiene la certeza de que algo es definitivo, de que ése es el camino correcto y de que ya dejamos de divagar por direciones desacertadas.
   Cuando parece que el futuro ya está escrito y nos damos cuenta de que no es así, y si llegara a serlo no tenemos el guión de lo que vendrá.
   Sobre ese delgado hilo (pero tirante, fuerte, tenaz) que divide el plano de la confianza y la certi
 dumbre, del de lo incierto, lo incomprobable y lo impensado, es donde reposan nuestros miedos.
   Miedo a ser la ausencia de otra mujer, a reemplazar lo ireemplazable. Miedo a ser solamente una herramienta para completar una etapa que ya viene postergada. Inseguridad. Temor. Angustia. Ansiedad. Fantasmas. Pensamientos negativos. Autoboicot...
   El angelito de la cordura se nos posa en un hombro y nos pregunta por qué. Trata de mantener nuestra calma y espantar cualquier tipo de pensamiento negativo. Pero el que busca encuentra y quien tiene miedo siempre tiene todas las herramientas necesarias a su alcance para no poder lograr su cometido... y ahí es donde aparecen los fantasmas de las ausencias, de lo irremplazable y todo eso ¿Es real? ¿Es el invento del inseguro eterno? Eso nunca lo sabremos mientras no le arrojemos mil puetadas a ese miedo inmundo, chancho y sucio, para que arme sus valijas y se vaya definitivamente de nosotros.
   Y asi pensamos en paz... vivimos por un motor impulsado por sentimientos genuinos, se disuelven las bolas que se forman en la garganta, en  pecho y en la panza.... y dejamos de pensar boludeces.


Angelito de la cordura: te invoco para que me ayudes a eliminar todas mis deformidades emocionales. Gracias.

"Carajo mierda"
Mirtha Legrand

  

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