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martes, 4 de noviembre de 2008

PUTA

Te pido que te olvides de que alguna vez viste mi cuerpo desnudo. Yo, por mi parte, ya borré por completo el sonido de tus pasos lentos y temerosos al costado de la cama mientras creías que dormía. Sonidos cuya cadencia, mezclados con los de la madrugada, interpretaban un jazz sucio y lento.
Quiero volver a ser lo de antes.
Quiero salir a emborracharme con mis amigos y morirme de risa y no de tristeza.
Quiero volver a escribir esas cosas que de tan estúpidas causan risa, no estas cosas que de tan estúpidas generan pena.
Disfrutar de la soledad de mi racho, del silencio del campo y no preguntarme para que mierda seguís sentado ahí mientras me golpeo la cabeza con el marco de la puerta, apretando con fuerza mis puños para que mi ira no te lastime.
Porque a pesar de todo todavía te cuido.
Aunque te fui infiel (creo que todo surgió a raíz de ese jazz sucio y lento...)
No por que me sedujo otro hombre sino sólo por el hecho de ser infiel. Una inmadurez, lo sé, por venganza capaz. O por aburrimiento. O por no sentirme tan traicionada, lamentablemente cuando se paga con la misma moneda uno se siente menos traicionado, vaya uno a saber por qué.
Pero me gustó.
Entones te fui infiel otra vez, y otra, y otra y siempre con uno diferente. No me gusta repetir, puede ser que sea con el afán de no involucrarme nuevamente.
Y me encantó.
Me tratan mejor que vos con la diferencia de que no tienen ningún tipo de pudor en decirme: PUTA. Claro, me tratan como tal: como una puta, la más puta. Pero no mienten, no prometen, no ilusionan. me tienen el respeto que una verdadera puta merece. Y no se quedan ahí, sentados con cara de estúpidos pensando estratégicamente como carajo hacerme sentir que les intereso.
Porque no les intereso, pero es algo explícito: yo lo sé, ellos lo saben... Son las relaciones más puras y sensatas que tuve en mi vida.
Así que, ahora que descubrí que el collar de perlas no sirve sólo para ponerlo alrededor de mi cuello, dejé de desearte la muerte dos veces al día, ahora sólo te deso buenas noches. Desde lejos, pero sinceramente te deseo buenas noches.
Pienso en vos mientras subo lentamente mis medias negras con un punto corrido, me pongo el perfume nuevo (si, lo cambié por uno bien dulce), pinto mis labios de rush rojo, beso el espejo y repito guiñandome un ojo como todas las noches: Que tengas mucha suerte, buenas noches y gracias... y me voy silvando ese jazz, sucio y lento.