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domingo, 13 de enero de 2008

Hipermitomanía

¿Hay situación más humillante e incómoda para el ser humano que ir al médico? Si, debe haber algunas. Pero no me van a negar que esa pelea cabeza a cabeza con otras pocas.
La solemnidad del saludo, la pulcritud del profesional que, por una lado da la pauta de esterilidad, pero por otro pareciera que es un tipo qu en su vida trabajó. ¿No transpira? ¿No se pone nervioso? ¿No se ensucia nunca?
Lo que más nerviosa me pone es esa actitud "analizadora" (y hasta soberbia en algunos casos) con la que mira y uno piensa "me va a encontrar algo, me va a encontrar algo", y te lo encuentra!! Su mirada dice: "Tengo un montón de conocimientos que usted no tiene, si llegó hata acá es porque cree tener algún problema y piensa que yo se lo puedo resolver. Asi que dentro de los 45 minutos restantes usted se someterá a mí.
Es espantoso. Es por eso que siempre que visto a a cualquier doctor tengo la necesidad de que ese momento tenga algo distinto. Algo de lo que me pueda acordar más adelante y que prevalezca una sonrisa antes que esa desagradable situación.
El otro día fui al oculista y le conté que estaba ehó porque hacía muy poco tiempo había estado en el consultorio de un colega suyo y no me había convencido el dianóstico, entonces quería escuchar una segunda opinión. El doctor me preguntó que me había dicho el otro oftalmólogo y le respondí con cara de circunstancia dramática, achinando los ojitos y con tono de la peor actriz de culebrón mejicano: "Que no voy a volver a caminar dorctor... "
SILENCIO DE 42 SEGUNDOS (¡¡¡!!!)
Al mismo tiempo que pongo una sonrisa cómplice, propia de una niña que acaba de cometer una travesura, levanta la ceja izquierda y emite la "carcajada" más forzada nunca antes vista en la historia de la humanidad.
Volvimos a las formalidades que se estila en este tipo de encuentros y me hizo el chequeo ordinario. Me puso unos anteojos que en realidad son más parecidos a una par de antiparras y sin pronunciar palabra me señalaba con un puntero las letras que pretendía que yo viera desde el punto del penal ocular. Comencé a leer:
- A, Z, O, Q, 108? eh.... ah! si! 17 en números romanos!! prohibido fumar? despacio escuela????
Dió por terminado su trabajo y mientras escribía su receta yo le contaba (con un ritmo bastante acelerado al ahablar) que, en realidad, yo no tenía ningún motivo para hacer la consulta y que era miembro del comité que entregaba los premios Guinnes y mientras le hacía el chascarrillo anterior (el de la venezolana) le había sacado con el celular sin que él lo notara una foto mientras "se reía"para ponerlo a competir en la categoría "Sonrisa Más forzada del mundo", la cual iba cabeza acabeza con la de Cecilia Bolocco cuando Carlos Saúl le daba un beso, pero ue yo le ponía todas las ficha a la suya para que forme parte del libro de los récords Guinnes.
Me miró a los ojos con una sonrisa no tan falsa, hizo un gesto grandilocuente con la mano en la que sostenía su lapicera, reslizó un círculo de 30cm de diámetro en el aire antes de firmar, y firmó, zac- zac-zac (era como una letra china, precisa, prolija, tan proporcional que parecía medida con una regla), selló con la misma seguridad, me la dió .
Sin decir una palabra me señaló con su mano derecha la puerta , la abrió y mientras me estrechaba con firmeza la mano, con la otra me dio una palmadita en el hombro y me dijo:"Vuelva en seis meses a realizar otro control".
Lo que pude entender de la receta decía (obviando unos números con signos positivos y negativos): Astigmatismo, Miopía, Hipermetropía. Lentes para uso PERMANENTE.

7 comentarios:

joAco dijo...

ja!
por hacerte la chistosa.

joAco dijo...

si, pero me lo recetaron cuando tenía 10 años.

y el año pasado lo solucioné con láser.

muajajajajaja

Ramón Indart dijo...

Impecable....llegué a este blog por casualidad...ahora lo ví y me pareció muy interesante...saludosª

Anónimo dijo...

Es que los médicos estan por encima del bien y el mal. La mirada de un medico es la misma que la de un panadero a una prepizza; la de un mecanico a un radiador pinchado; la de un estenografo sobre un disertante.
Ojo, si yo hubiera sido tu oftalmologo te hubiera dicho ¨si en seis meses todavia puede caminar, vuelva para otro control¨.

guayi dijo...

unos anteojos nunca vienen de mas, siempre dan un tono diferente no...mejor el chiste, que no entiende el medico, yo tampoco los entiendo a ellos...
caí por casualidad en tu blog, esta muy bueno.

Anónimo dijo...

creo q peor q verlo como una eminencia es quizas pensar q es como el almacenero, q vas te cobra y seguis. ahi si q me dan miedooo mira si me cobran -digo, dignostican- mal??!?!!? pa mi son mas del palo almacenero q del eminanciero.

El Gris dijo...

Gran monologuista sos eh! Jajajaja