.

martes, 9 de octubre de 2007

Dejar ser (sin dejar de ser)

Es increíble pero en este momento sólo tengo sensaciones positivas. Es como esa angustia que se siente cuando se termina algo pero porque se aproxima un nuevo comienzo, llenos de espectativas. Y con el presentimiento de que los sueños, de a poco, se pueden ir haciendo realidad. Es la angustia de dejar de aprender para empezar a hacer. Porque la teoría (imprescindible pero traicionera) es el escudo de quienes no se animan al cambio. Se que es difícil pero hay que arriesgar. Viven acostados en esa teoría toda su vida esperando el gran momento de ponerla en práctica, pero ese momento nunca llega. por miedo, por supuesto. Miedo a que fracase. Y tanto tiempo elaborando teorías, tiradas a la basura. Pero de eso se trata: de probar, de actuar, de fracasar y volver a reformular. Hoy decidí hacer un bollo con toda una vida de teoría y empezar a vivir. Sin pensar ni en las causas ni en los efectos. Con la espontaneidad de la persona que siente, que vive con pasión todo lo que emprende, que ama. Porque aprendí (y me costó años de hipotetizar) que a amar no se aprende. Sólo se ama. Sin especular. Lo lamento, pero es así. No es fácil amar. Si hubiera fórmulas o recetas ya se la hubiese ido a comprar a alguna persona que la haya aplicado y haya triunfado no? Por el momento, hay que esperar, soñar, luchar por lo que queremos, por lo que queremos ser y por lo que NO queremos ser. Igualmente, hay que ver cómo funciona en la práctica: esto es sólo teoría. POR UN MUNDO SIN LAVANDINA Noviembre de 2006

0 comentarios: